Comentario reflexivo individual sobre
seminario de bioética:
Dilema de la inmunización masiva.
Autor:
Andrea Lopez N.
Durante varias décadas las enfermedades
infectocontagiosas significaron la problemática de salud más importante, el
tratamiento de las diferentes enfermedades resultaba costoso y el contexto
social en el que se vivía impedía que todas las personas tuvieran acceso a los
tratamientos correspondientes, por lo que el acceso a la salud pertenecía a las
clases mas acomodadas.
Con la evolución de la medicina se crearon nuevos métodos
para tratar enfermedades y se paso de una medicina curativa hacia la
preventiva, por lo que el enfoque fue referido a evitar la existencia y traspaso
de enfermedades en las personas. Además del un cambio de enfoque de salud, el
acceso es mas equitativo, asegurando la atención a cada persona del país,
independiente de su estatus social .
En el proceso mientras se construye un acceso a la salud
para todos los usuarios se crea también, en el contexto de medicina preventiva,
el PNI; encargado de crear una defensa previa a enfermedades infectocontagiosas
de relevancia internacional por su tasa de prevalencia y mortalidad en la
población.
La inmunización entonces consta como una de las primeras
barreras preventivas que otorga el estado a la población con el fin de proteger
a esta misma, logrando así disminuir significativamente las tasas de
prevalencia de las enfermedades contra las que se inmuniza.
Entonces, basándonos en estas primicias es que surge la
discusión respecto al hecho del uso en vacunas con Timerosal; antiséptico a
base de mercurio usado en vacunas dentro del PNI, ya que en el ámbito
internacional existen estudios que sugieren aumento de prevalencia de autismo y
alteraciones de tipo neurológico al inmunizar con vacunas que contiene este
componente.
En Chile existen vacunas que se venden
en el sistema privado de salud y que excluyen el Timerosal como componente, si
bien los riesgos a los que se expone al menor son considerablemente mas bajos,
el precio de estas vacunas hace que solo las personas de recursos mas altos
puedan acceder a estas, entonces es aquí donde la desigualdad entre la calidad
que se entrega en el sector privado y publico de salud se ve reflejada
directamente en la salud del menor, y
que puede tener consecuencias a lo largo de su vida. Otra de las diferencia s alas que esta expuesta la
población infantil es que el sector privado no esta obligado a ser vacunado, y
de serlo, pueden acceder a mejores opciones en términos de calidad al momento
de inmunizar a su familia, en el otro lado de la moneda vemos que en el sistema
publico la inmunización es de manera obligatoria para recibir ciertos
beneficios del sistema como por ejemplo el Programa Nacional de Alimentación Complementaria.
Es así como a partir de lo anterior surgen 2 grandes
problemas desde el punto de vista etico:
¿Es posible que existiendo estudios internacionales que
sugieren riesgos para la salud de los menores si se inmuniza con dichas
vacunas, no exista una nueva política de salud que las saque del sistema
publico de salud por ir en contra del principio básico de No maleficencia.?
¿Dónde esta la justicia si las personas de mayores
recursos pueden acceder a un producto libre de riesgos para la salud de sus
niños, y los usuarios del sistema publico de salud están obligados a hacer uso
de estas vacunas económicas, pero posiblemente riesgosas?
En base a los estudios realizados en otros países que son
de conocimiento publico, me parece inaceptable no modificar estas políticas y
planteamientos donde por economía del estado se exponga a un riesgo a la
población infantil.
La cuestión económica no puede ser quien rige las
políticas de salud que afectan a una gran población del país, sin considerar
con el peso suficiente la no maleficencia hacia los usuarios y la equidad del
sistema publico con el privado.
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