sábado, 8 de diciembre de 2012

Andrea López


Comentario reflexivo individual sobre seminario de bioética:

Dilema de la inmunización masiva.

Autor: Andrea Lopez N.





Durante varias décadas las enfermedades infectocontagiosas significaron la problemática de salud más importante, el tratamiento de las diferentes enfermedades resultaba costoso y el contexto social en el que se vivía impedía que todas las personas tuvieran acceso a los tratamientos correspondientes, por lo que el acceso a la salud pertenecía a las clases mas acomodadas.

Con la evolución de la medicina se crearon nuevos métodos para tratar enfermedades y se paso de una medicina curativa hacia la preventiva, por lo que el enfoque fue referido a evitar la existencia y traspaso de enfermedades en las personas. Además del un cambio de enfoque de salud, el acceso es mas equitativo, asegurando la atención a cada persona del país, independiente de su estatus social .

En el proceso mientras se construye un acceso a la salud para todos los usuarios se crea también, en el contexto de medicina preventiva, el PNI; encargado de crear una defensa previa a enfermedades infectocontagiosas de relevancia internacional por su tasa de prevalencia y mortalidad en la población.

La inmunización entonces consta como una de las primeras barreras preventivas que otorga el estado a la población con el fin de proteger a esta misma, logrando así disminuir significativamente las tasas de prevalencia de las enfermedades contra las que se inmuniza.

Entonces, basándonos en estas primicias es que surge la discusión respecto al hecho del uso en vacunas con Timerosal; antiséptico a base de mercurio usado en vacunas dentro del PNI, ya que en el ámbito internacional existen estudios que sugieren aumento de prevalencia de autismo y alteraciones de tipo neurológico al inmunizar con vacunas que contiene este componente.


En Chile existen vacunas que se venden en el sistema privado de salud y que excluyen el Timerosal como componente, si bien los riesgos a los que se expone al menor son considerablemente mas bajos, el precio de estas vacunas hace que solo las personas de recursos mas altos puedan acceder a estas, entonces es aquí donde la desigualdad entre la calidad que se entrega en el sector privado y publico de salud se ve reflejada directamente en  la salud del menor, y que puede tener consecuencias a lo largo de su vida. Otra  de las diferencia s alas que esta expuesta la población infantil es que el sector privado no esta obligado a ser vacunado, y de serlo, pueden acceder a mejores opciones en términos de calidad al momento de inmunizar a su familia, en el otro lado de la moneda vemos que en el sistema publico la inmunización es de manera obligatoria para recibir ciertos beneficios del sistema como por ejemplo el Programa Nacional de Alimentación Complementaria.

Es así como a partir de lo anterior surgen 2 grandes problemas desde el punto de vista etico:

¿Es posible que existiendo estudios internacionales que sugieren riesgos para la salud de los menores si se inmuniza con dichas vacunas, no exista una nueva política de salud que las saque del sistema publico de salud por ir en contra del principio básico de No maleficencia.?

¿Dónde esta la justicia si las personas de mayores recursos pueden acceder a un producto libre de riesgos para la salud de sus niños, y los usuarios del sistema publico de salud están obligados a hacer uso de estas vacunas económicas, pero posiblemente riesgosas?


En base a los estudios realizados en otros países que son de conocimiento publico, me parece inaceptable no modificar estas políticas y planteamientos donde por economía del estado se exponga a un riesgo a la población infantil.

La cuestión económica no puede ser quien rige las políticas de salud que afectan a una gran población del país, sin considerar con el peso suficiente la no maleficencia hacia los usuarios y la equidad del sistema publico con el privado.

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